Por Carina López
MÉXICO, 9 dic (Xinhua) -- Entre salas llenas de colores, sonidos y dinámicas interactivas, niños, jóvenes y adultos tocan, construyen, experimentan y formulan preguntas mientras recorren el Papalote Museo del Niño en la Ciudad de México, un espacio diseñado para ofrecer a los visitantes un entorno en el que el juego y la curiosidad forman parte esencial del proceso de aprendizaje.
Reconocido como un referente para las infancias en México, el Papalote Museo del Niño promueve el aprendizaje mediante la convivencia y la interacción a través de sus ejes temáticos que abarcan el conocimiento del cuerpo humano, la biodiversidad del país, el fortalecimiento del hogar y la familia, la ciudad, así como la creación de ideas a través de la experimentación.
"Nosotros brindamos experiencias educativas que lo que pretenden es detonar la curiosidad, detonar vivencias que permitan a los niños experimentar un mundo de posibilidades a través del juego", dijo a Xinhua la gerente de servicios educativos del Papalote Museo del Niño, Hazel de León.
El museo propone un aprendizaje que va más allá de la observación, al invitar a cada visitante a aportar ideas y construir momentos únicos, en un entorno de recorrido libre donde no existen rutas fijas ni guías que condicionen el tránsito por las salas.
En este contexto, los usuarios exploran libremente todas las zonas temáticas del museo de acuerdo con sus intereses, ritmos y afinidades, y a partir de la curiosidad y el juego, van construyendo aprendizajes que se integran de manera natural a su vida cotidiana.
"El museo enriquece la cultura mexicana porque es un espacio donde puede hacerse una convivencia sana entre diferentes tipos de personas. Podemos tener a los niños de 'kínder' que van como elefantitos, todos agarrados de la mano uno tras otro, pero también tenemos a los abuelitos que vienen a visitarnos", mencionó De León.
Además, continuó la gerente, el museo se nutre con ideas procedentes de otros países con la visita de turistas extranjeros que acuden al recinto para realizar actividades interactivas y formativas que buscan dejar huella y que fortalecen el intercambio cultural a través del aprendizaje lúdico.
"El que sean las personas quienes nutran este museo, creo que lo hace una huella memorable en la vida de las personas y enriquece nuestra cultura a través de lo que somos como mexicanos", reiteró.
Entre sus principales objetivos, el recinto busca ampliar el alcance de sus actividades para beneficiar a un mayor número de niños a través de un programa social en el que los menores de escasos recursos pueden visitar el museo de manera gratuita.
"Vivir Papalote es una experiencia donde no solo conoces a personas a través del juego, sino esas personas nos enseñan a nosotros a cómo hacer todavía mejor nuestro trabajo", refirió De León.
Asimismo, el Papalote fomenta el pensamiento crítico a través de situaciones que impulsan al visitante a cuestionarse, así como a expresar lo que piensan y sienten.
La sede recreativa basa su propuesta de aprendizaje en el Modelo Educativo Papalote, el cual tiene un enfoque centrado en la experiencia directa, donde el juego y la interacción favorecen el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y creativas.
Además, ofrece un área especial para la primera infancia, una etapa fundamental para el desarrollo humano, ya que en esos primeros cinco años se forman las bases del aprendizaje, el lenguaje y la socialización, lo que influye de manera decisiva en la salud, educación y capacidad que las personas desarrollarán a lo largo de su vida.
"Lo que quisimos también es generar este cambio, que la primera infancia tuviera sus propios espacios, sus propias actividades, porque son una comunidad muy importante que estaba pidiendo a gritos ser tomada en cuenta", agregó la representante del Papalote.
Un promedio de entre 600.000 y 800.000 personas visitan cada año el museo, fundado en 1993, lo que consolida a este espacio como un punto de encuentro para el aprendizaje, la convivencia y el intercambio cultural, en el que el juego se mantiene como una herramienta central del desarrollo de la sociedad mexicana.












